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el hombre en la poesía

el hombre en la poesía

 

SONETOS NOCTURNOS

I

Tiempo soy entre dos eternidades.
Antes de mí la eternidad y luego
de mí, la eternidad. El fuego;
sombra sola entre inmensas claridades.

Fuego del tiempo, ruidos, tempestades;
si con todas mis fuerzas me congrego,
siento enormes los ojos, miro ciego
y oigo caer manzanas soledades.

Dios habita mi muerte, Dios me vive.
Cristo, que fue en el tiempo Dios, derive
gajos perfectos de mi ceiba innata.

Tiempo soy, tiempo último y primero,
el tiempo que no muere y que no mata,
templado de cenit y de lucero.

CARLOS PELLICER

MÉXICO

1899-1977

 

ANCLAJE *

En el principio no existía la arena.

El origen de todo fue un movimiento tan minúsculo,

que las horas calladas comenzaban a girar

sin manifestarse en el espacio ni en el tiempo.

Hubo fuego, hubo noche,

hubo un tumulto de océanos furiosos de su anchura.

La gran fábrica atropelló la quietud del universo

y sus elementos fueron el remo, el nido, el cobre y la madera,

el desamparo, los nietos, el trabajo.

Caímos en el uno de uno mismo; en el cruce genital;

en la geometría; en el sur con el oeste y sus antípodas.

Caímos con los cinco sentidos

que simulan sacarnos del encierro.

Hubo un accidente entre el amor y el amor

y perdimos el cero para siempre.

No hubo invitación. No habrá despedida.

la consigna es ocupar, ocuparse,

desviar de su rumbo las puras latitudes incompletas.

Es por eso que basta una ausencia, una ausencia nada más,

solamente una ausencia, para que el mundo todo se vacíe.

      SEBASTIÁN OLASO

*Fuente:CONTROL SOBRE MIS OJOS-Libro Tercero

Anclaje - III Pág. 51

 

 

QUERERLO TODO

Yo tenía un voraz medio hermano

banquero, financista, en mi última pesadilla

y le reprochaba:

 

“Vos lo querés todo:

el chiquero interplanetario

los inconmensurables beneficios

la casita en Belgrano

y un vistoso ejército de negros que te abaniquen!”

 

Y entonces él me regalaba

acallándome

la casita.

ROLANDO REVAGLIATTI

 

 

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