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María Wine

María Wine

               Foto de María Wine y su esposo Arthur Lundvquist

 

 

 DESOLACIÓN

 

Ella siguió viviendo su vida

en la habitación donde él había muerto

para seguir respirando siempre

sus últimos suspiros

reflexionar sobre las últimas

ideas que él pensó.

Se metía en sus ropas

se sentaba en su sillón

y leía una y otra vez

el último libro que él había leído

pero nunca pasaba de la página

a la que él había llegado.

 

  Llevaba en su muñeca

el reloj pulsera de él

que había hecho tic- tac a la velocidad de su pulso vivo

y ahora lo hacía débilmente al compás

del pulso renuente y triste de ella.

Comía con los cubiertos de él

bebía de su taza favorita.

Se peinaba con el peine  de él

delante de su espejo.

Se quedaba largos ratos mirando

al espejo buscando inquisitiva

como si esperase que la profundidad

le fuera a devolver por compasión

el rostro de él.-

               María Wine

       1912 - Suecia - 2003

 

  

4 comentarios

Yoli Rotenberg -

Betty
Otra vez me has "presentado" una poeta excepcional...

Es muy difícil describir este tipo de sentimientos y ella lo logra de modo contudente.

Gracias!

Yoli!

Zulema García -

Al leer este poema, siento que son pocas las mujeres que en la actualidad quedan prendadas al hombre que se va o muere. Pero es fuerte leer como es en algunos casos y tal vez tenga que ver con la generación a la que pertenece la poeta.

Jorge Luis Estrella -

Impresionante es la palabra.Agradezco haberme hecho conocer tremenda poeta.

Lily Chavez -

Excelente elección Betty, Maria Wine es excelente y enaltece la literatura sueca. Este poema es impresionante.