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Relato: Raúl Astorga

Relato: Raúl Astorga

-En sueños-

 

No importa, le dijo. No importa que ya no te guste demasiado, prosiguió. Al fin y al cabo, nos conocemos de toda la vida, aunque ni siquiera nos hayamos besado en la boca alguna vez, por esas cosas extrañas de la amistad entre el hombre y la mujer. Dale, ya entraste en mi sueño, y yo te necesito, repitió. Toda mi vida esperé tener un sueño así. Porque los sueños no se eligen. O no te pasó de estar soñando con una chica espectacular, te despertás por el ruido del gato y cuando querés volver... no podés. Sí, te pasó, sé sincero. Sabés que siempre soñé con ser Esmeralda. Y vos me contaste varias veces en noches de borrachera y soledad, en mi casa o en la tuya, que soñabas y soñabas permanentemente con avanzarme. Me lo decías en broma, para ver si yo te daba el gusto. Claro, ahora te tomás revancha. Ahora recordás cuando yo venía a contarte acerca de algún chico que me gustaba. Yo veía que no lo tomabas demasiado bien, pero pensaba que querías protegerme, como a una hermanita, qué sé yo. No te hagas rogar. Ayudame, te necesito. Ya estás en mi sueño, y sólo durará hasta despertar, pero quedará para siempre en mi memoria. Siempre soñé con ser Esmeralda. Y vos me contaste alguna vez que esperabas un sueño con Gatúbela. Nos reíamos de ese sueño, pero si alguna vez se te da, yo estoy dispuesta a ayudarte. Ya olvidaste aquella noche del baile de disfraz en el boliche de La Florida, cuando terminamos la secundaria. Nos quedamos solos hasta que vimos asomar el sol desde la playa sucia, entre latas de cerveza aplastadas por el tiempo, y servilletas de papel  usadas, y nuestras inocentes ganas de charlar juntos acerca de otros chicos y chicas que nos habían impactado esa noche. Vos estabas de Batman y yo de Gatúbela pero, como el de la tele, no me tocaste un pelo. Cómo es eso de que ya no te gusto demasiado. Si tres veces me dijiste que... Ya está bien, va a amanecer, por favor, necesito a ese Quasimodo que hiciste en aquel cumpleaños que le festejamos a Dani. Sólo tenés que tocar las campanas, mientras mi príncipe me abraza y me besa con pasión. Ni siquiera importa que no me quieras más, es sólo un favor de amigo el que te pido. Ya amanece, ya amanece, gimió ella con recurso melodramático.

Él se despertó, se lavó la cara, fue hasta la cocina del departamento para prepararse un café. Con el pocillo en su mano, el humo en ascenso lento hacia el infinito,se asomó a la ventana. Contempló el campanario de la catedral, y recordó que se había venido a Liverpool, no por ese trabajo como le dijo a algunos, sino para olvidarla.

 

Raúl Astorga

 

 

 

9 comentarios

Betty Badaui -

Bueno, yo también quiero opinar respecto a este relato que lo conozco desde hace unos años; a mí, personalmente, me agrada este interjuego de sueños en un relato que nos muestra con habilidad el retorno al diario vivir después de soñar.
Uno mi opinión a la de ustedes, queridas lectoras.
Y soñemos...
Betty

july -

Esunanarrativa muycomunycomosepuede
observarestasmujeresnovan al cine novenelorigen actualmente en las salas delos cines

Alicia Borgogno -

Raúl......
Fue un placer leer tu buenísima narrativa.
El final estremece.........muy bello.
Un abrazo

Lily Chavez -

Y van más Raúl. Estuve en Buenos Aires y por eso el atraso en los comentarios. Pero, en lo personal, disfruto de tu narrativa, de tu modo de decir, de como tu voz y la palabra se pelean por la belleza. Y tengo tu generosidad de mi lado, siempre que puedo(incluso en el del 3 de agosto) algo de tu narrativa inunda en aire de Luna de Pájaros y me da un placer inmenso. Felicitaciones y mi cariño.

raúl astorga -

Bueno!! ¡¡Cuánto mimo!! Gracias, chicas. Siempre es una alegría saber que alguien vivió un grato momento, aunque breve, con un relato nuestro. Besos a todas. Raúl

Marita Ragozza de Mandrini -

Excelente narrativa con un buen ritmo, va desarrollando los sub-temas hasta el remate del final.

Rosita -

Los sueños.... y Liverpool. ¿por qué tenés que tocar justo, justito los temas que me rondan?. Porque son universales, me dirías tal vez. Porque sos escritor, te diría, tal vez. Y te veo en la foto, e imagino una conversación que hace años nos debemos, pero leo tu cuento y aquí estamos, todos. Todos: así como así. Un beso. Ro.

Marta Roldan -

Estupendo, Raúl. Cuántos sueños soñamos no queriendo y cuántas cosas hacemos queriendo olvidar.
Gracias por llevarnos leyéndote hacia adentro y hacia el pasado.
Marta

Analía Pascaner -

Me dio gusto leer este relato, Raúl, bien narrado.
Un saludito cordial
Analía