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Bienvenido, Javier Beláustegui

Bienvenido, Javier Beláustegui

                         Material enviado por Rosita Fasolís

 

Bienvenido, Javier Beláustegui

Javier Beláustegui es un Poeta en todo el sentido de la palabra... Deja que sus letras crezcan, ya sean versos o prosa, con la libertad que les brinda el sonido musical que nunca pierde... Su humildad es real. Nada en él es impostura. Por eso me precio en darle la bienvenida y dejar que sus palabras llenen de español encanto a esta revista.

                                                                                                Rosita Fasolís

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 EL NIÑO ROBADO

Sentado ante la mesa del merendero, contemplaba el atardecer.

El sol se iba yendo poco a poco, ocultándose entre los árboles que delimitan la finca, dejando en el cielo un color mezcla entre naranja y rojizo, mientras una suave brisa traía hasta mi el olor de las hojas frescas de los castaños agitados por el suave viento.

Allí; a la sombra, se estaba fresquito, sentado en una silla de respaldo, apoyada la espalda hacia atrás, dejándome mecer por la brisa, como las verdes hojas de la floresta.

Mi mente se puso a retroceder en el calendario, hasta alcanzar ese punto indefinido en el tiempo, en el que se ponen en equilibrio presente y pasado, en el que divagando perdido, me encontré con algunos recuerdos de niñez.

Hoy, los años han pasado, y añoro aquellos tiempos en los que teniendo aún la inocencia de un niño, me quedaba absorto ante algunos atardeceres contemplados desde mi ventana.

Atardeceres como este de hoy, que he vuelto a revivir en primera persona y en presente.

Evocando aquellos viejos tiempos, el tiempo se me fue pasando deprisa, como si el reloj no quisiera dejarme disfrutar de aquel momento, para deleite de mis sentidos.

Mas en mi mente aun perviven los recuerdos de los pasados que ya disfruté en otro tiempo, justo antes de que alguien me robara el niño que llevaba dentro de mi.

Ese niño, que dicen que todos llevamos dentro, al lado del loco y del poeta que también habitan en nuestro interior, aunque no lo sepamos, y que tienen su morada justo al lado de ese órgano que se pasa la vida bombeando y bombeando el rojo elemento vital, por un laberinto de tuberías repartidas a todo lo largo y ancho de nuestro cuerpo mortal.

Un niño, del que jamás he vuelto a saber, por mas que lo he buscado e interrogado acerca de su paradero; mas, nadie me ha sabido nunca dar razón acerca de él.

Tal vez el que me lo robó, tenía una gran necesidad de llenar su vacío interior, aunque fuese con mi niño robado.

Tal vez tenía demasiadas cosas que recordar o demasiados pasados que olvidar y pensó que mi niño le podría ayudar a hacerlo...

El caso es que me lo quitó, y en su lugar quedó un hueco vacío, que aun no he logrado encontrar con qué llenarlo de nuevo.

Un hueco...un hueco grande y vacío, donde sólo habita la oscuridad y la nada...

Mas yo aún sigo buscándolo, por si acaso algún día lo encontrase, preguntándome entretanto dónde estará metido; dónde lo tendrán encerrado para que no vuelva a mi...

Con calma, remuevo con la cucharilla el vaso de café helado que tengo ante mi, y los hielos resuenan cantarines en su interior, como emitiendo una música cargada de promesas de frescor y dulzura, y mis ojos de nuevo se posan sobre las verdes hojas de los castaños, vueltas del revés por la acción de la brisa.

Mi mente se evade, cobrando vida propia, como si de otro ser diferente y autónomo se tratase.

Pienso...

Tal vez lo encuentre entre la etérea brisa que mece las copas de los árboles en esta tarde de verano, sentado a la sombra del merendero, contemplando el atardecer anaranjado...

Tal vez lo encuentre buceando entre mis recuerdos...

...Tal vez llegue a tiempo...Tal vez...

...Se está tan fresquito

JAVIER BELÁUSTEGUI

 Asturias – España

 

                 

15 comentarios

Javier Belaustegui -

Gracias Blanca Basile.
Me alegra saber que tu también te identificas con mis letras.
Son mis vivencias, pero también seguramente las vivencias de millones de personas de este planeta.
Efectivamente, en la introducción de Rosita, se deja entrever esa valoración de amiga que me aprecia.
Muchas gracias por tu bello comentario.
Un placer.

Blanca Basile -

Bienvenido Javier, leyéndote me identificaba,cuando busco aquella inocencia que dejé entre las caricias de mis mayores, un gran gusto conocerte y leerte.
También me agradó la introducción de Rosita, tiene encanto de amiga que te valora.
Un beso, otro para la presentadora

Javier Belaustegui -

Gracias María Inés por tu bonito comentario.
Supone una gran satisfacción para cualquier autor el hecho de que alguien le diga que sus letras le han tocado el corazón.
Por ello mi doble agradecimiento.

GRACIASSSS...
Un abrazo.

María Inés Ramirez -

Ese hombre que busca el niño que fue.
El vaso de cafe helado.
Y todo lo demás,Javier, me tocaron mi lado izquierdo, ahí justito donde se mezclan mis latidos.
Bienvenido a esta casa de grandes emociones.
Un saludito
María Inés

Javier Belaustegui -

Mil gracias Amalia, por tan bella bienvenida.
un placer estar aqui.

Amalia López -

Bienvenido, Javier, me gustó leer ese relato con aire a "hoja fesca" que hay en él.
Con todo cariño.
Amalia López

Javier Belaustegui -

Gracias Alicia y Lily.
Me alegra que mis modestas letras sean de vuestro agrado.
Un placer.

Javier Belaustegui -

Gracias, amiga Toñi, por tus elogios.
Eres una buena amiga; se nota...
Un peto, maca.

Lily Chavez -

fluye el relato, se instala en la memoria afectiva de cada uno de nosotros, me encantó Javier.
Un abrazo

Alicia Borgogno -

Bienvenido Javier al blog de nuestra querida Betty.
Me encantó leerte, hablar de ese niño que llevamos dentro. Aunque parezca que lo perdimos, creo que siempre está en un rincón de nuestra alma.
Felicitaciones.Un abrazo.

toñi cano -

javier es un poeta que te trasporta en todos sus poemas, y prosas felividades

Javier Belaustegui -

Muchas gracias a todos por vuestros comentarios;especialmente a Betty Badaui por incluirme en tan reconocido espacio, aun creyéndome no merecedor de tal honor.
gracias Rosa Fasolís, (mi buena y querida Ro.), por tales elogios hacia mi persona y hacia mis humildes letras de aprendiz, siempre dispuesto y ojo avizor a aprender mas, a tomar como referencia a tantos y tantos grandes autores que pululan por la red.
Mil gracias Aristóbulo por tan cordial bienvenida; alegrándome de que mis humildes garabatos hayan sido de tu agrado y hayan traído a tu mente, agradables recuerdos de infancia.

Un placer estar aqui.

Aristóbulo -

Bienvenido Javier, esto que acabo de leer después se lo leo a mi padre, me transportaste a mi infancia, me gustaría decírtelo mejor pero no sé decirlo como ustedes los escritores.
A la noche me voy a mandar un brindis con algunos amigos por estos recuerdos.
Salud amigazo.
Arisróbulo

Rosa Fasolís -

Querida Betty Badaui: Nunca dejaré de pensar en la generosidad que es como una segunda piel en ti. Porque jamás te abandona. Y bien sé que tienes tantos pero tantos premios ganados en literatura, que pocos pueden exhibir tal curriculum. Siempre me has alentado a seguir. Eres como el hada mágica que, en nuestros sueños infantiles, puede despertarnos y hacernos florecer. Eso, Betty, no tiene precio. Muchas, muchas gracias. Un beso grande. Rosita.

betty badaui -

Gracias, Rosita, por enviarnos las letras de Javier; el mes próximo colocaré sus poemas.
Un gusto tener tus textos, Javier, en esta casa, bienvenido a ella.
Betty