El hombre en la poesía

Trilce Hay un lugar que yo me sé en este mundo, nada menos, a donde nunca llegaremos. Donde, aún si nuestro pie llegase a dar por un instante será, en verdad, como no estarse. Es ese un sitio que se ve a cada rato en esta vida, andando, andando de uno en fila. Más acá de mí mismo y de mi par de yemas, lo he entrevisto siempre lejos de los destinos. Ya podéis iros a pie o a puro sentimiento en pelo, que a él no arriban ni los sellos. El horizonte color té se muere por colonizarle para su gran Cualquiera parte. Mas el lugar que yo me sé, en este mundo, nada menos, hombreado va con los reversos. -Cerrad aquella puerta que está entreabierta en las entrañas de ese espejo. -¿Esta? - No; su hermana. -No se puede cerrar. No se puede llegar nunca a aquel sitio -do van en rama los pestillos. Tal es el lugar que yo me sé. CÉSAR VALLEJO Jurisdicción del horario
Mira muchacha son las tres y cuarto dice la sombra del paraíso. A las cuatro en punto vendrá el cirujano. A las cinco y veinte me llevarán de aquí. Todo a horario menos tus ojos apresurando el rocío Jurisdicción de la palabra
Hay una alta eternidad en las palabras que no son ni feas ni lindas sino tan precisas como las personas verdaderas o falsas y no deben distraernos los adjetivos que a veces son como espurios brillos salmodiando la frivolidad.
El escritor sabe que él y todo cuanto lo rodea será tragado por el mar amenazante. Entonces sentado sobre la balsa moribunda toma su sangre y empieza a escribir.
JULIO CARABELLI Buenos Aires-Argentina 1940 *Fuente: www.poeticas.com.ar/directorio
GRAFITTIS *
FEDERICO TINIVELLA Rosario-Argentina *Fuente: Literatura de Rosario. com. ar
Vehículo público en movimiento La dejé a mi rodilla en contacto con tu vello púbico El resto de vos, aparentemente no estaba conmigo sino con otro tipo: apuesto, joven, aunque no distinguido como yo por el especialísimo contacto En el sueño vos eras Salma Hayek el otro tipo era cualquiera un extra, un entretenimiento con el que te abrazabas Mi rodilla era la derecha y lo más importante: quien hacía de mí era yo En ese antiguo colectivo porteño circulando en la noche por Barracas al Sur vos no estabas desnuda no lo estaba nadie, ningún pasajero ni el chofér Exceptuando a los beneficiados: esa rodilla mía y tu pubis. ROLANDO REVAGLIATTI
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