la mujer en la poesía
XIV *
Entonces yo, lejana.
Un vértigo en mis pasos cada vez.
Una vaharada de perfumes extraños.
Un ramalazo
de pasiones casi olvidadas.
Un amanecer repetido a costa de tantas horas
y de tantos ocasos,
Y a cada paso yo, lejana.
Yerma de soles, ahíta de pesares. Con sed.
Apagada de sal, grietas en la piel.
Mordiendo desiertos.
Tal vez. Tal vez
Un día, una mañana.
Ahora yo. Lejana.
ROSA FASOLÍS
Rosario-Argentina
*Del libro TRAMAS Y CONSTRUCCIONES
1er. Premio XII Certamen de Poesía,
ROSALINA FERNÁNDEZ DE PEIROTÉN
Ano 1989
LA OTRA ORILLA
No voy a cruzar a la otra orilla
presiento un gris sin vuelta.
Me resisto a ese trozo de mar
que nos separa.
Me aferro a esta latitud paciente,
de un mundo delineado ya hace tiempo.
No quiero exponer mi piel en ese intento,
vacilar en el aire de una luna incierta,
incendiarme por un sol ensangrentado,
ni tejer a ciegas en la niebla.
Hoy despierto serena
sin pensar en mañana.
Me visto con mis años
en la aurora encendida,
me calzo campanadas
para estar despierta,
aligero palabras en plegarias austeras,
y paseo mis mañanas
por las playas desiertas.
No habrá nunca otra orilla
de vientos desgarrados,
y aunque remiende velas
quedaré de este lado.
ALICIA BORGOGNO
Ángel Rebelde
Hoy lo supe,
no tendremos adiós ni mañana.
No preguntamos nada.
Solo tratamos de vivir
y en el cielo breve
de la vida nos amamos.
Intentamos el acercamiento,
primero por instinto,
después nos fue creciendo el amor.
Por cada sonrisa
pagamos cien lágrimas,
En cada mirada
adivinamos el renunciamiento.
En cada beso
gustamos el sabor de la separación.
No dijimos nada.
Las preguntas quedaron
en el olvido de la piel.
Y las respuestas
se supieron por ósmosis
después que nos amamos.
Fueron pocas las palabras
y muchas las penas
que debíamos afrontar.
Y como un ángel rebelde
nos creció el amor.
ROSA LÍA CUELLO
( del libro "Dentro de mí")
TUS CALLES, BUENOS AIRES
Voy caminando lento por la acera
con la pesada carga de los años;
arrastrando conmigo desengaños,
avanzo hacia el final, que me atempera.
Voy sumando fracasos en la espera,
descienden los recuerdos sus peldaños;
me desangro en tus calles, con extraños
que no advierten mis penas desde afuera.
El calor va agobiando mis sentidos,
calcina el sol con tórridos desaires,
como el dolor incendia mis gemidos.
Mis llagas las oculto con donaires;
al cerrarse mis párpados, vencidos,
me impiden ver tus calles, Buenos Aires
MARTA LUZ DINO
Rosario-Argentina
4 comentarios
Lidia L. E. -
Lidia
Lily Chavez -
Lily Chavez.
Aristóbulo -
Las imágenes son muy buenas pero quedaron algunos versos muy separados, igual me gusta.
Un apretón de manos
Aristóbulo
raúl astorga -