Artículo, Lelio Gurruchaga
DIGNIDAD DE LA PERSONA
La persona humana como tal debe poseer dignidad. Entendiéndose por ello, gravedad y decoro en la manera de comportarse, que la hace merecedora de respeto, desde la más pobre a la más rica, desde la más inteligente a la menos dotada.
El ser humano, en una sociedad que atiende el bien común, es valorado por lo que es y no por lo que tiene, la excelencia está en su esencia como persona, no en su riqueza.
Somos testigos hoy día, de un fenómeno social de insospechables alcances que convierte a la persona en lo que Ortega y Gasset, llamó con sabiduría, el hombre-masa, de uniforme proceder. La publicidad, radial, escrita y televisiva es un ejemplo, entre otros, que incita a las masas humanas a comportamientos y a consumos generalizados de mercancías, músicas, ropas, criterios, principios y formas de vida. La persona piensa y consume lo que piensa y consume el grupo.
Urge cambiar esos procedimientos, cambiar maneras de pensar, espiritualizar comportamientos, obrando según la dignidad de la persona conectada en conductas al servicio de la nobleza y la excelencia.
Para cambiar hábitos que atentan contra su dignidad, el hombre debe esforzarse por encontrar un proceder nuevo de vida que confirme su condición de persona dotada de inteligencia y cultura. Quiero decir cultivar su realización a través del conocimiento que la libera de la esclavitud de la ignorancia, transportándola a un plano superior de las relaciones personales, como expresión digna de la condición humana en libertad responsable.
LELIO GURRUCHAGA
Fuente: SUEÑOS, Editora Lelio Gurruchaga, Rosario, 2011
Impresión: Ediciones Acuarela, Granadero Baigorria, Sta. Fe, Argentina.
Primera edición: Diciembre de 2011
Prologado por RODRIGO GUIDETTI.
2 comentarios
Lily Chavez -
María Inés Ramírez -
Feliz 2012.
María Inés