Bienvenida: Beatriz Elías
-Cuando escribir abre caminos-
Algo que me encanta vivir es el momento en que una persona se acerca al taller y comenta que nunca o, en todo caso, muy pocas veces narró una historia escrita. Detrás de esa confesión se esconde el secreto que necesita esa magia que es capaz de unir algunos elementos que permite avanzar dentro de una aventura que, por suerte, nunca se sabe dónde va a terminar ni cómo va a terminar. Esos elementos que necesita la magia para convertir una idea en literatura son: imaginación, constancia, lecturas y muchas, pero muchas tachaduras y correcciones interminables que hay que aprender a intuir dónde alcanzaron su fin. Y la consecuente prosecución de ejercicios que permiten visualizar lo que antes pasaba de largo.
Con Beatriz Elías ocurrió eso, y por eso ya está involucrada en este viaje sin paracaídas que la llevará a donde ella quiera ir, contando todo lo que quiere contar y diciendo todo lo que quiere decir con el incomparable sabor de todo lo nuevo que se comienza sin saber cuándo ni dónde culminará.
Aquí, sus primeros pasos en cuanto a publicación. A disfrutarlos.
Raúl Astorga
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-Relato de Beatriz Elías (Tallerista de "Otro cielo")-
Nuevas experiencias
Después de largos debates, discusiones interminables, campañas de proselitismo a favor de una u otra opción , comparación de presupuestos, solicitudes de autorización denegadas y aprobadas que pusieron de relieve la eficacia de nuestra pequeña máquina burocrática y desnudaron antiguas rivalidades y enconos entre los protagonistas, ganó la consigna ¡arriba la fibra, abajo la tiza! Y llegué yo, el nuevo pizarrón del aula. Pocos soberanos y estrellas de cine pueden presumir de mejor recibimiento. No hubo profesor que no suspirara de alivio ante mi presencia, agradeciendo al cielo, al destino, a los ángeles, al Dios de su preferencia mi tan demorada adquisición. Tan auspicioso comienzo auguraba una ardua y prolífica tarea. Me desvío del relato para develarle un secreto que sólo yo y el administrador sabemos, no soy nuevo. Fui rescatado a precio irrisorio de una escuela, que por falta de presupuesto cerrò. Esa circunstancia de mi vida me permitió compartir momentos con viejos camaradas jubilados que en nuestras largas horas herrumbrados en el rincón del sótano me hablaban sobre los antiguos buenos tiempos. Y detallada, repetidamente me contaron lo aprendido. Mi expectativa por ende, era grande ¡cuànto iba a aprender acà! Sin embargo, todo fue diferente. Lejos de los esperados debates y nuevos conocimientos, sorprendido escucho que ante las preguntas del docente, no saben quiènes fueron las damas mendocinas, no escucharon hablar de Hitler ni mucho menos Urquiza, que afortunadamente , sí saben que es una calle. De golpe me siento extraño porque soy yo el que no conoce esos pequeños aparatos que teclean a diario, a veces disimuladamente, otras con descaro. -Ustedes especularán que tanto desgano y apatía se deben a mi mala suerte, imaginando que mi destino fue un aula de escuela secundaria rodeado de aburridos adolescentes agobiados o en el otro extremo infantes que aterrorizan a su maestra. Lamento decepcionarlos. Estoy en un aula de nivel terciario en una universidad privada.-
Beatriz Elías
3 comentarios
Lily Chavez -
Aristóbulo -
Un apretón de manos.
Aristóbulo
raúl -