Ana María Rodriguez Francia

EL VIAJE (A Jacinto Enrique, mi padre, ese náufrago a quien todavía busco) Y nos fuimos los dos por Buenos Aires, endeble arquitectura para algún desencuentro. Las calles observaban el crepitar de cierta nervadura escombros de la unidad perdida. Eras acaso la diferencia del origen, la conmiseración de las raíces, puede que algún resabio de la desventura. Nos fuimos los dos por esas calles, sin saber que los huesos se separaban de los huesos. ANA MARÍA RODRÍGUEZ FRANCIA Fuente:La deslumbrante opacidad Autora: Ana María Rodríguez Francia Ayala Palacio Ediciones Buenos Aires, Argentina, 1999 Dibujo de tapa: NÉLIDA PETRUCELLI Palabras de contratapa: ESTER DE IZAGUIRRE "El poema presentado se halla en la página 18" .<.<.<.<.<.<.<.<. (Transcripto de la contratapa) .<.<.<.<.<.<.<.<. En el intenso e importante currículum de Ana María Rodríguez Francia, ocupa un lugar preponderante sus estudios críticos. Y si bien en este género se experimenta el placer mental del hallazgo por el laboreo conceptual, es la poesía la que apela a la belleza de la imagen poética. Son contados los buenos críticos que también son descollantes poetas como es el caso de la autora. En su libro La deslumbrante opacidad, en el que se cumple la premisa fundamental del poema - el poema es sentimiento, ritmo y concreción - comienza con los dedicados a su madre con bellas palabras y metáforas inéditas: "Que ropaje desnudo en la quietud del lino sol refugiado en manos que despertaban la infancia de la luz..." O aquellos versos: "Yo, la que permanece, voy a velar la casa de sus propios secretos." Si fuéramos inmortales, el arte no existiría ni el desesperado intento de permanecer. "La muerte era ya vieja cuando empezó tu vida" dijo Rilke, y es la sucesividad que nos lleva hacia ella, la que nos coloca en el resbaladizo pedestal del presente, para recordar el pasado: "La memoria, tan sólo una alabarda que atraviesa el misterio de la noche" Ester de Izaguirre
2 comentarios
María Tressi -
Felicito a quien puede expresar así.
Un saludito
María
Amalia López -
No sólo el poema me gustó, también las palabras de Ester Izaguirre.
Con cariño.
Amalia