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Marta Roldán, Carmiña Candido Daverio

Marta Roldán, Carmiña Candido Daverio

               Hematíes y cal

Una taza de leche no sustituye al mate

y vuelvo a succionar un sorbo de bazofia.

Se enjuga en el armario mi raíz polvorienta

por no beber el agua vertida en mi ablución.

 

El avaro linaje, el turbio sentimiento

gimen en los rincones de alcobas con parálisis.

Me repugna el vacío ensanchando clavículas;

el plasma se retrae, se desborda su caz.

 

Tuve el labio del ceibo y el lila paraíso,

la puerta generosa, amores errabundos;

los oculta un raudal de trayectos y agostos.

 

Trasplantando mis pies del valle a la planicie

exilio el sedimento de los rojos terrones,

mudo en sangre las piedras remotas y calcáreas.

           ©Carmiña Candido Daverio

 

4 comentarios

Ariel L. Fradi -

Carmiña, si escribís libre me recopa, si escribís soneto te admiro, suerte la mía de encontrar tus letras.
Un cordial saludo.
Ariel
P.D.; Yo también viví en Rosario

blanca basile -

¡Belleza de soneto!
Cariños
Blanca

María Tressi -

Marta, desde el principio al final hay que brindar por este soneto.
Un saludo

Betty Badaui -

A Marta-Carmiña la conocí cuando ella era una adolescente estudiosa y sensible, me gusta ver su crecimiento intelectual y leer sus poemas impecables.
Desde Argentina hasta Italia va un enorme abrazo y mis felicitaciones por tu brillante carrera