Edita Gaite

A mi mamá

Mil Novecientos Dieciocho, era el año que corría

y vos llegabas al mundo, con el sol del mediodía

Comenzaba el siglo 20 y vos allá, en la simpleza

en el campo cosechando, trabajando con dureza

La pobreza de tu suelo, muchas veces te colmó

pero un cielo azul y abierto, con tu Dios te protegió

Ya por la mitad del siglo fue que tus hijos nacieron

y de la mano con ellos a la ciudad acudieron

Rosario te recibió, sin verde, con pavimento

y vos le diste pelea, le pusiste sentimiento

Terminando el siglo 20, es que nacieron tus nietos

que brillaron en tus brazos, con tus mimos con tu afecto

Tu hombre, tu compañero, como persona el mejor

partió por el mes de mayo, sumiéndote en el dolor

La soledad fue tu aliada, ella quiso consumirte

pero le diste batalla y pronto te repusiste

De la mano del recuerdo de un amor tan sin igual

al camino regresaste, porque El te esperará

Comenzaste el nuevo siglo, nuevos bríos estrenando

y nacieron tus bisnietos, de entusiasmo te colmaron

Con tus manos arrugadas a su ronda compartiste

sus juguetes y sus trampas, ¡tantas veces te reíste!

Queda tanto por decir, tantos años, tantas mesas

servidas con tu cariño, y de ternuras repletas

Noventa y Nueve cumpliste y yo con Setenta y Dos

festejamos, nos reímos, sin pensar en el dolor

Ya llegabas a tu siglo, pero Dios te reclamó

para tu descanso eterno, a su lado te llevó

Con tantos años a cuestas, vividos con esplendor

con fuerzas, con esperanzas y un alma llena de amor

Siempre unidas estuvimos, y nada nos separó

por eso en este poema se suma mi gran dolor

Descansa en paz madre mía, yo seguiré tu camino

cuando el Señor lo decida y se cumpla mi destino.

Edita Gaite

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