El hombre en la poesía

CANCIÓN ÚLTIMA Pintada, no vacía: pintada está mi casa del color de las grandes pasiones y desgracias. Regresará del llanto adonde fue llevada con su desierta mesa, con su ruinosa cama. Florecerán los besos sobre las almohadas. Y en torno de los cuerpos elevará la sábana su intensa enredadera nocturna, perfumada. El odio se amortigua detrás de la ventana. Será la garra suave. Dejadme la esperanza. MIGUEL HERNÁNDEZ Orihuela-España 1910-1942 CLÍMAX los cuerpo están en la cima de sus almas dentro el volcán estallará sin pecados ¿quién detendrá las vibraciones de la carne que vuela en su instante? ¿qué dios condenará semejante estruendo de la naturaleza? manar sin sosiego abstracción de un mundo que se estremece en cuestiones el arco iris estalla la cima en blanco maravilla embriagada de lágrimas y risas urgente densidad de la expresión más pura de la fibra (y el que ignore este blanco al menos sabrá de mortajas) ALVARO OLMEDO SUDORES CLANDESTINOS Esa severa costumbre de inventarnos en insómnicas madrugadas, cuando los sueños deambulan por el hartazgo de la noche y se esconden en los huecos de la almohada incrustados a los bordes del silencio. Desde los labios híbridos de besos, explotan las muecas del resposo que tienen los amantes consumidos en los sudores clandestinos. Esa costumbre de sentierse prófugo y a la vez gregario del destino se derrama como líquenes sombríos sobre el cáliz sensible del amor y la osadía. Esa costumbre deja astillas que perforan el último refugio salvable de la sangre donde brotan y crecen las palabras, que hieren y asesinan al amor en su inocencia prohibida. Víctor Hugo Tissera
1 comentario
Gustavo Tisocco -
Un abrazo Gus.