Relato: Lilí Muñoz
AVE DE SAL
Tendí la mesa para la cena de la unidad abisal: brevas moradas, mutisias en flor, ave del paraíso, frutos maduros del mburucuyá dulcísimo, agua de la Cascada de la Virgen. Mientras espero, creí percibir nuestro andar por los recovecos de las bardas, los pasos de aquellas recorridas por el zoo del cerro. La sonrisa de Arlequín remontaba un barrilete y en parpadeos de sol, voceríos de protesta callejera crecían junto con la luna en plenilunio. La helada, toda de sal, lo ha sepultado. Soy la última habitante de algún rincón de América morena, puñal del mundo, aguijón quebrado entre glaciares y desiertos. Las araucarias ahora son memoria. Los plesiosauros resuman en algún hueso brumoso entre salinas calcinadas. El eco de los gorriones no me despertará lector. Tampoco el piano o el violín que alguna vez interpreté de niña. Nada lo hará, porque quiero ya irme y llevarte conmigo en la escritura.
LILÍ MUÑOZ
Reside en Neuquen-Argentina
3 comentarios
Jorge Luis Estrella -
Amalia López -
Cariñosamente
Amalí
claudia isabel lonfat -
Un placer inmenso estar en este hermoso espacio de poesía :)