La Diosa Fálica: Julio César Forcat
EL BUDISMO TÁNTRICO EN "LA DIOSA FÁLICA" DE JULIO CÉSAR FORCAT
La forma literaria de esta obra es la narración, el cuento. la intención de estos relatos es promover el despertar de la conciencia en la iluminación budista, por lo cual estas narraciones deberían denominarse "jatakas", palabra sánscrita que designa a las enseñanzas de Buddha impartidas en forma de cuentos o parábolas. Los ocho cuentos de "La Diosa fálica" contienen una transmisión que significará una "revelación" para el lector no iniciado en los misterios tántricos. Soy un monje budista laico; mi nombre esotérico es Champa Dorje. Champa significa Amor espiritual; Dorje significa Rayo de diamante. Como monje budista, al escribir estos cuentos o jatakas me mantuve siempre fiel a las enseñanzas espirituales del linaje tántrico. En ningún momento me he apartado del Sendero budista. Desde el punto de vista formal, es obvio que los cuentos tienen el sello distintivo de mi personalidad creativa. Por una parte soy el transmisor impersonal de una cadena de sabiduría iniciática. Por la otra soy la expresión de intuiciones artísticas personales.
Si bien la apariencia de las secuencias narrativas de los cuentos es "erótica", en realidad estos relatos no contienen ningún elemento que pueda considerarse "sexual" porque no tienen ninguna relación con la reproducción. Los textos aluden a actos rituales e incluso "sagrados", es decir que manifiestan la actividad de un ser divino (la Diosa). En el budismo tibetano los textos que contienen transmisiones rituales y sagradas se denominan "ter-ma". Estos textos son revelaciones de Vajradhara, el transmisor iniciático portadpr del Rayo de Diamante. Los jatakas de "La Diosa fálica" narran encuentros con la Diosa que adopta la forma de una hierogamia, o sea de una unión entre un ser divino (la Diosa) y seres humanos. Existen numerosos ejemplos de hierogamia o "matrimonios sagrados" en la Mitología griega y romana. Es probable que "La Diosa fálica" sorprenda e incluso escandalice, debido principalmente a que la forma exterior que asume la manifestación iracunda de la Diosa puede parece impúdica, obscena o perversa para el lector que se rige por normas convencionales y que prefiere no ver "el lado oculto de la Luna". Sin embargo, es indudable que ese lado oscuro existe. El yogi hindú Santideva, autor del "Bodhisattwacharyavatara" justifica en algunos casos el descenso del practicante budista a niveles subterráneos o infernales del mundo del deseo, explicando que de ese modo el meditador se libera quemando un karma negativo, recibe bendiciones y se acelera así el progreso espiritual. Santideva compara este descenso del meditador a las profundidades del mundo del deseo con la costumbre del pavp real, el cual, para dar más brillo a su plumaje, ingiere periódicamente pequeñas dosis de veneno. Los ritos tántricos descriptos en "La Diosa fálica actuarían como una medicina para disolver el egocentrismo del meditador.
Licenciado Julio César Forcat
Belén, mayo del 2011
10 comentarios
Rosa Lía -
Marina Centeno -
Saludos!
Daniel Montoly -
Bastante esclarecedor, porque en occidente se tiene una visión muy errónea sobre lo que es, la diciplina del Tantra. Tienden a confundirlo con el Kamasutra, que como la raíz de la palabra indica, es un tratado sobre el placer sexual, la plena entrega al disfrute de los sentidos.
El Tantra por otro lado, tiene como finalidad la penetración consciente del deseo para poder liberarse del mismo y trascender los objetos como también los órganos de los sentidos.
Un placer poder disfrutar de un tema mu poco conocido entre los occidentales.
Daniel Montoly
claudia -
Un abrazo...
Máximo Ballester -
cecilia -
Marina C Kohon
irene marks -
Raúl Feroglio -
Lily Chavez -
Betty Badaui -
El artículo presentado va a manera de información sobre el tema.
Felicitaciones al escritor, así también a la ilustradora.
Betty Badaui