Bienvenida, Vilma Gallegos
Acerca de esta artista: Vilma Gallegos
Por qué faltar a la elegancia y decir cuándo nació Vilma, si lo que más importa es que está y con ganas de expresarse en mil caminos. Vilma concurre al taller de Escritura que coordina Edita Gaite, y despliega todo su bagaje real e imaginativo para plasmar en poesías y relatos en aquellas hojas en blanco que aparezcan por doquier. Además, no sé exactamente si es además o todo junto o a manera de revolución artística, está desarrollando una carrera como cantareira y pandereteira en el marco del Conjunto Folklórico del Centro Gallego de Rosario y, no es poco a esta altura, integra el Coro de esa institución, con los cuales parte de gira varias veces al año en travesías incansables por varias provincias de nuestro país. Al fin, Vilma escribe, y tiene proyecto de escritora cuando intenta desentrañar las relaciones entre generaciones, entre gente que vive o simplemente toman vida en una hoja en blanco que les permite recorrer la vista y las sensaciones de lectores diversos. Por eso, por este recorrido inclaudicable de Vilma por el arte, bienvenida a estos insondables mundos donde la palabra, no importa si las personas, la palabra es mayor.
raúl astorga
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VOLVER A VIVIR
La tarde se presentaba ideal para caminar por la costanera. Apenas una leve brisa movía las hojas de los árboles. El otoño recién empezaba y ninguna nube empañaba el cielo de un color azul intenso. El sol brillaba en todo su esplendor y hacía que los paseantes buscaran el alivio en las sombras de los árboles que poblaban todo el parque.
Elena, caminaba despacio, vestía un conjunto deportivo y llevaba un libro en la mano. Se acercó a la balaustrada y se puso a observar el río que de tan quieto parecía un espejo de agua; había dos barcos fondeados de bandera extranjera y solo el paso de algunas lanchas a motor agitaba por momentos las aguas y también se divisaba a lo lejos la isla con su follaje verde.
Su mente se llenó de ensoñación, pensando en el vuelco que iba a tener su vida a partir del día siguiente.
Siguió caminando y se sentó en un banco con el libro sobre sus rodillas, pero no leía, pensaba,en lo que había en su vida hasta ahora.
Había quedado viuda muy joven a causa de un accidente. De pronto se encontró sola y con dos hijos pequeños para criar. Con el dinero del seguro terminó de pagar su casa y aún le quedaron algunos ahorros. Ella siguió trabajando de administrativa en una empresa multinacional.
De esa manera crió a sus hijos y pudo darles un estudio.
Luego ambos hijos se casaron, la hija con un odontólogo y el hijo con una hija de uno de sus jefes. Por razones de trabajo a este último lo trasladaron a Italia y solo volvía por unos días en tiempo de vacaciones.
Un día, el hijo le pidió la parte que le correspondía del padre y a ella no le quedó otra solución que vender la casa. Le dio la parte a cada uno y como con lo que quedaba no alcanzaba para un departamento, lo consultó con la hija y le planteó la idea de irse a vivir con ella; pero la hija le dijo que no podía ser, que sus hijos eran adolescentes y no podía cambiarles la vida, que vinieran sus amigos o escucharan música fuerte entre otras razones.
Y así terminó en un residencial, que es una mas delicada forma de decir geriátrico.
Al principio su hija la visitaba seguido o la invitaba a su casa algún fin de semana, pero con el tiempo ambas cosas se fueron espaciando.
En el residencial conoció a Isabel y a su esposo. Isabel sufría de esclerosis múltiple y era un matrimonio muy unido, no tenía hijos ni familiares directos. Durante el tiempo que estuvo Isabel, Enrique su marido no dejó de visitarla un solo día y se iba tranquilo sabiendo que su mujer estaba al lado de Elena por cualquier cosa que nacesitara.
Cuando Isabel luego de varias descompensaciones tuvo su desenlace final, Enrique le pidió a Elena si podía seguir visitándola y así se afianzó su amistad durante casi dos años.
Cuando Enrique le propuso matrimonio, Elena no supo qué contestarle, pensaba que tendría que ocuparse nuevamente de una casa, compartir su vida con otro hombre, luego de tanto tiempo de estar sola ( era todo un tema), y además tenía que comunicárselo sus hijos y cómo reaccionarían.
Y fue justamente por el egoísmo de ellos que pusieron el grito en el cielo, diciéndole que estaba loca, ¡volver a casarse, con la edad que tenía! Y otras mil razones por el estilo, lo que la decidió a decirle a Enrique que aceptaba.
Sabía que no lo amaba como había amado a su primer esposo, pero sí le tenía un cariño muy profundo y además él estaba tan solo como ella.
Tan ensimismada estaba en sus pensamientos que no sintió cuando Enrique se sentó a su lado; cuando le tomó la mano y le dijo mirándola a los ojos ¿no te arrepentirás?
Ella contestó:
-No, mañana empezamos a vivir.
Vilma Gallegos,2012
2 comentarios
Lily Chavez -
betty badaui -
Gracias, Raúl,por acercarnos a Vilma, ejemplo de vida vital y hermosa.
Abrazos.
Betty